Modelismo ferroviario

El modelismo ferroviario es una actividad recreativa cuyo objeto es imitar a escala trenes y sus entornos. Los trenes pueden ser estáticos o en movimiento. En este último caso, normalmente se utiliza electricidad de bajo voltaje (entre 9 y 24 voltios) tanto para el movimiento como para los accesorios, iluminación, etc. Durante parte del siglo XX también han sido populares los de cuerda y existen modelos de locomotoras propulsadas por vapor real.
Las escalas más comúnes en Europa, y más usadas en España son:
- HO: A escala 1:87 con un ancho de vía de 16.5mm. Es la más difundida en Europa, junto con el ancho habitual 00 en Gran Bretaña, y en norteamérica.
- N: A escala 1:160 con un ancho de vía de 9mm. Usada en Europa occidental, Japón y Norteamérica.
- Z: A escala 1:220 con un ancho de vía de 6.5mm. Al igual que la escala N es usada en Europa occidental, Japón y Norteamérica.

 Sistemas de alimentación y control

Tradicional

Desde los principios de los trenes eléctricos, la velocidad de los trenes se controla variando la tensión en la vía, la cual toman desde la alimentación. Existen dos sistemas principales: El llamado de dos carriles, de corriente continua, y el de tres carriles, de corriente alterna.
El sistema de dos carriles usa corriente continua y alimenta las locomotoras y vagones por uno de los carriles y retorna por el otro. Los carriles tienen, por tanto, polaridad. Variando esta polaridad se consigue invertir el sentido de la marcha.
El sistema de tres carriles utiliza corriente alterna que alimenta por los carriles de circulación por un lado y tiene un tercer carril central, entre ellos, para el retorno. Dado que la corriente alterna no tiene una polaridad constante, para invertir el sentido de la marcha se envía a la locomotora una sobretensión de aproximadamente 20 a 24 voltios que activa un mecanismo mecánico o electrónico de inversión.
Por ello las locomotoras de dos carriles y las de tres carriles no son compatibles entre sí. 


Electrónico

A mediados de los 90, se empezaron a popularizar los sistemas de control basados en la electrónica y, actualmente, se ha pasado a los que usan microcontroladores. Este sistema se ha normalizado en gran parte gracias a la NMRA ( asociación norteamericana de modelismo ferroviario). Los sistemas normalizados reciben el nombre de DCC (Digital Command Control). El sistema requiere que las locomotoras tengan instalado un circuito electrónico capaz de mover el motor o los accesorios (luces, generadores de humo, etc.) de acuerdo a las órdenes digitales recibidas por la vía mediante circuitos electrónicos. El circuito de la locomotora recibe el nombre de decodificador, y la operación de instalarlo se suele denominar "digitalizar".
 
Los sistemas DCC también existen en versiones de dos y de tres carriles. A diferencia de los sistemas tradicionales, el tipo de corriente que circula por la vía puede ser en ambos casos la misma. Los sistemas digitales llevan el control individualizado mediante microcircuitos, independientemente del sistema de alimentación.
Tiene las siguientes ventajas:
  • Puede controlar independientemente varias locomotoras en la misma vía, muy cerca unas de otras.
  • Locomotoras y vagones pueden mantener encendidas sus luces y otros accesorios mientras están detenidos, y su intensidad no varía con la velocidad.
  • Puede controlar también otros accesorios, como desvíos, desenganchadores, etc.
  • Permite otras posibilidades de juego, como grúas funcionales y otros accesorios eléctricos alimentados por la misma fuente que el ferrocarril. 


Los inconvenientes del sistema DCC frente al tradicional son:
  • Necesidad de digitalizar todas las locomotoras, algo especialmente difícil con locomotoras antiguas o de las escalas más pequeñas.
  • Mayor complejidad para la comprensión de su funcionamiento y para su operación.

     

 


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